En la escuela es elemental la lectura. Es considerada como la herramienta más importante del aprendizaje porque orienta y estructura el pensamiento. Leer es comprender, interpretar y relacionar un texto y es más eficaz si se lo relaciona con otros conocimientos y experiencias cercanas a los niños.
Para ellos en la escuela primaria, la lectura comienza como una aventura ya sea de fantasía o realidad, claro que predominan las de ensueño y se vuelven más significativas cuando se la integra con vivencias personales. El niño debe iniciar el aprendizaje de lectura durante sus primeros años de actividad escolar, lo que ayudará a convertirlo en un lector hábil, por lo cual es importante crear las bases apropiadas para que adquiera nuevas destrezas en el área de lectura.
Los estudiantes usualmente inician este proceso en el nivel de Preparatoria, desde donde ya se advierten diferencias en conocimientos y aptitudes entre ellos, diferencias que se mantienen conforme van avanzando hacia grados superiores, sino hay un proceso remedial (Blachman & cols., 2004). Los niños cuando leen, no sólo aumentan su vocabulario sino son capaces de lograr conclusiones y hacer predicciones, dar opiniones, hacer comparaciones y más estrategias de aprendizaje.
Otra alternativa para los padres es la de llevar a sus hijos en forma continua a la biblioteca escolar, donde siempre encontrarán textos adecuados y en cualquier formato para los pequeños y los más pequeños. Tal es el caso de la «Guaguateca», biblioteca infantil especializada en niños y para niños, ubicada en la zona Norte en instalaciones del Instituto de Aprendizaje Industrial (IAI) esa es la casita del saber, donde libros visuales y didácticos son el deleite de los más tiernos de la casa. Con las bibliotecas como contacto entre los niños y los libros no solo fomentamos la lectura inicial sino también un canal más de acercamiento entre padres e hijos y una forma de guiarlos al mundo de las letras.
La lectura del papá o la mamá con su niño, va acompañada de la parte afectiva, lo que propiciará que en la edad adulta, relacione la lectura con sentimientos de seguridad, contención y amor, los libros le evocarán siempre momentos agradables de convivencia con su entorno familiar.
No hay excusa para no leer en casa, pues además de cumplir con esta valiosa estrategia de aprendizaje, es una oportunidad para que la familia se reúna y aproveche este tiempo para compartir los éxitos y los fracasos de cada miembro de la familia, ya sea en su escuela o en su trabajo.

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